Todos ellos esperan con ansias el mes de Agosto, pues es en este mes donde hacen gala de sus mejores pasos de baile, demostrando que son los mejores y que su danza es uno de los principales atractivos de las fiestas agostinas.
La danza de Las Vaquitas es realizada por los promesantes en las fiestas en honor a Santo Domingo de Guzmán, Patrono de los Managuas.
El desarrollo de la danza es bien sencillo. La bailante o el bailante, ataviado con un disfraz construido con un bejuco flexible y la osamenta de la cabeza de una vaca, da vueltas acompasadamente y de vez en cuando hace reverencias o inclinaciones.
La acompañan uno o varios sorteadores, con mantas o toallas en las manos, la danza rinde pleitesía a Santo Domingo, con el cual se paga la promesa.
El vestuario consiste en un aro ovalado, que lleva en el extremo delantero una cabeza de vaca y en el contorno, una manta colgante, blanca o floreada. El disfraz de vaca se cuelga del cuello con un collar de cintas.
La música es ejecutada por bandas populares o “chicheros”, quienes ejecutan corridos a Managua, sones de toro o de cacho y sones nicas.