Considerado uno de los principales destinos turísticos de la zona norte de Nicaragua, el Cañón de Somoto es una de las formaciones rocosas más antiguas de Centroamérica, ofreciéndole a los turistas en general, un escenario único e inolvidable.
A 15 kilómetros ciudad de Somoto, se encuentra esta asombrosa estructura geológica, conocida por los lugareños como “Namancambre” o “La Estrechura”.
El cañón es un destino que ofrece un ambiente único en nuestro país. Desde la entrada por el camino del Valle de Sonís, que es la más utilizada, se empiezan a apreciar panoramas de bosque seco, con árboles de pequeña altura y fauna propia del lugar. Venados, chocoyos, conejos e iguanas, son algunas de las especies que habitan la zona.
Sus tranquilas aguas se extienden por aproximadamente cinco kilómetros, el ancho de la formación varía entre 10 y 15 metros, en éste se recorren las aguas provenientes de los ríos Comalí (de Honduras) y Tapacalí, que se unen para formar el extenso río Coco. Los farallones que delimitan el acantilado alcanzan entre 120 y 150 metros de altura, y en el lugar más angosto, se acercan hasta cinco metros uno al otro. Los viajeros más activos, aprovechan estas paredones para practicar Rappel.
Estas columnas son producto de una falla geológica abierta, combinada con la acción erosiva del agua. Se cree que tomaron entre 5 y 15 millones de años en formarse, en un periodo que corresponde a la era del Cuaternario y Mioceno de Terciario Superior.
En su fondo pedregoso, la tranquila corriente se ve interrumpida por formaciones rocosas que dan origen a unas siete u ocho pozas con aguas semi estancadas, creando un ambiente lleno de vida, con plantas y peces, donde los turistas aprovechan para darse un chapuzón.
El lugar permite realizar diversas actividades Se puede caminar por un trecho, sobre el suelo de roca pulida, a la orilla del agua y entre los altos paredones. También se puede recorrer aproximadamente 300 metros del cañón en pequeños botes que los lugareños han dispuesto para facilitar el acceso; el precio de esta es de C$20 por persona, ida y vuelta.
Otra de las actividades es recorrer el curso del agua sobre neumáticos de camión inflados, que los visitantes pueden usar a manera de flotadores acuáticos; esto tiene un valor de C$40 por persona.
Algunos guías de la zona ofrecen paseos a caballo y almuerzo en alguna casa de la comunidad, los habitantes son los encargados de administrar las actividades turísticas del cañón en esta zona, venden todo tipo de bebida, además con previo aviso pueden organizar alojamiento para quienes deseen pernoctar allí.
Para viajeros más activos, también es posible practicar Rappel en algunos de los paredones que alcanzan hasta los 60 metros de altura. Esta técnica de descenso vertical con arneses es uno de los deportes de aventura posibles en este lugar.